Ciencia

A pesar de las tensiones, un astronauta estadounidense regresa de la ISS vía Rusia

Por ahora, la ISS se mantiene por encima del conflicto, tanto física como políticamente.

Las tensiones entre Estados Unidos y Rusia son extremas en estos momentos, en el contexto de la invasión de Ucrania que sigue lastrando fuertemente las relaciones internacionales. Pese a todo, el astronauta estadounidense Mark Vande Hei acaba de regresar a la Tierra a bordo de una cápsula Soyuz, acompañado de sus dos colegas rusos. Se ofrece así un récord nacional, pero también y sobre todo se convierte en el símbolo del papel político fundamental del espacio y la ISS en este difícil período.

Este ex soldado con un currículum tan largo como su brazo concluye su carrera como astronauta con un impresionante récord nacional; es el primer estadounidense en haber superado los 355 días consecutivos a bordo de la estación. Una cifra que le permite robar el primer puesto del ranking a Scott Kelly, que estuvo allí 340 días seguidos desde marzo de 2015. En total, ¡ya acumula más de 523 días en el espacio!

Pero este regreso a la Tierra también se dio en un contexto muy particular. Cuando Vande Hei partió para llegar a la estación a bordo de una Soyuz rusa, no tenía idea de que el paisaje iba a cambiar radicalmente 400 km más abajo. Desde su marcha, Rusia ha lanzado una gran operación militar para hacerse con el control de Ucrania, lo que ha barajado por completo todas las cartas en las relaciones internacionales.

Inevitablemente, las relaciones entre Estados Unidos y Rusia, que nunca han sido particularmente cálidas, se deterioraron de inmediato. Por lo tanto, la atmósfera debería ser muy especial a bordo de la ISS, con astronautas estadounidenses y cosmonautas rusos posados ​​juntos a 400 km sobre este atolladero geopolítico. Recordamos, por ejemplo, la reciente polémica sobre el color del traje de cosmonauta (ver nuestro artículo).

Conscientes de lo que está en juego, los astronautas continúan unidos; el último contingente de cosmonautas fue recibido con los brazos abiertos por el resto de la tripulación. © Roscosmos

Los rusos y los estadounidenses ponen agua en su vino.

Afortunadamente, ha prevalecido la larga tradición de cooperación a bordo de la ISS. Los astronautas y cosmonautas continuaron trabajando juntos manteniéndose unidos; nunca dejaron de mostrar su espíritu de equipo a plena luz del día, la única respuesta pragmática posible al desastre humanitario que se desarrollaba bajo sus pies. Comportamiento ejemplar inspira admiración; pero, por desgracia, las relaciones entre las instituciones no siempre son tan benévolas.

Algunos observadores aún se preguntaban qué destino le reservaría a Vande Heide, cuyo regreso estaba previsto para Kazajistán a bordo de una Soyuz rusa. Algunos observadores temían que Roscosmos, que depende directamente del Kremlin, decidiera repatriar a sus dos cosmonautas dejando a Vande Hei a bordo de la estación.

Esta decisión probablemente habría resultado en una ruptura total de la cooperación entre la NASA y su contraparte rusa Roscosmos. Pero la agencia rusa ya había confirmado que no tenía intención de desahogarse con el pobre astronauta, y que lo repatriaría como estaba previsto. Y, afortunadamente, Roscosmos cumplió su promesa.

El regreso finalmente se dio en un ambiente de paz; Vande Hei y sus dos colegas aterrizaron juntos en Kazajstán poco después de la 1 p.m. El estadounidense ahora regresará a casa muy pronto, con el apoyo de las autoridades rusas.

Al igual que la ISS, los astronautas deben dar un paso atrás en la situación. ©NASA

Un símbolo a pesar de sí mismo

Este regreso a la Tierra habría sido casi anecdótico en tiempos normales, excepto por el registro de Vande Hei; pero en el contexto actual, es de una importancia absolutamente capital. El hecho de que esta telenovela tuviera un final feliz demuestra una vez más la importancia diplomática y política de la ISS.

No es solo una estación de investigación: también es un remanso de paz geopolítica, una torre de marfil inquebrantable que sirve como pretexto común para la cooperación. A bordo, los astronautas se convierten en voluntarios náufragos, atrapados en la misma lata en medio del vacío del espacio.

Así que no tienen más remedio que ganar altura, tanto en sentido literal como figurado. El personal sabe perfectamente que debe superar estas disputas entre naciones por el bien de la misión. Por lo tanto, la ISS desempeña el papel de un canal diplomático privilegiado y muy importante. Y su importancia está lejos de ser meramente simbólica.

Estos canales de comunicación son absolutamente fundamentales, especialmente en el contexto actual. El regreso de Mark Vande Hei es, por tanto, un gesto discreto, pero contundente; Roscosmos ha demostrado que Rusia no se opone fundamentalmente a ninguna decisión de sentido común, incluso cuando se trata de cumplir un compromiso con su mayor enemigo.

¿Significa esto que la ISS jugará un papel decisivo en la superación de la crisis en Ucrania? Probablemente no. Pero tal como están las cosas, es una señal intrínsecamente positiva que el mundo necesita particularmente en este momento. Y eso, sólo podemos estar satisfechos.

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