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Critique Dune: ¿una adaptación sin nota falsa?

La saga Dune se ofrece una nueva incursión en la pantalla grande. Un reto considerable para el creador de imágenes Denis Villeneuve, que ya había abordado otro monumento de ciencia ficción con Blade Runner 2049. ¿Concibió el artista su obra más magistral con Dune? Crítico.

Se esperaba a Denis Villeneuve en la curva, y eso es quedarse corto. Desde la película de David Lynch, que se ha convertido en una obra nostálgica para muchos, la saga Dune ha sido considerada inadecuada por los cinéfilos y lectores del novelista. Por tanto, es con gran valentía, y sin duda con tanta locura, que el director de Primer contacto Decidió abordar este monumento de ciencia ficción. Un reto considerable para el cineasta que no escatimó en recursos económicos y creativos para dar a luz a su proyecto. Se estima que 165 millones el presupuesto de la película. Por tanto, la historia de Paul Atréides pretende seducir a un gran público y erigirse en el gigante de esta reentrada cinematográfica. Es con un lienzo lejos del blanco que debe componer Denis Villeneuve, entre herencia y novedad.

La trama comienza en el planeta Caladan, con sus paisajes marinos y brumosos. Paul Atréides, un joven tan talentoso como brillante, está condenado a experimentar un destino extraordinario que se le escapa. Tendrá que viajar al planeta más peligroso del universo, el único capaz de proporcionar el recurso más preciado del mundo: la especia. Pero mientras las fuerzas del mal compiten por el control del planeta, Paul tendrá que abrazar su destino y cambiar el mundo para siempre.

Entre la contemplación y las tramas políticas

El universo es rico y los primeros minutos se utilizan sobre todo para pintar un cuadro de la sociedad futurista y sus problemas políticos. Con soltura, la intriga escrita a seis manos por Denis Villeneuve, Eric Roth y John Spaihts explora el laberinto de la ópera espacial y sienta las bases de una epopeya que ya promete ser épica y magistral. La historia, mucho menos didáctica de lo que cabría imaginar, rinde homenaje a toda la sutileza de la obra de la que está adaptada. Casi orgánica, la trama es tan política como poética y se beneficia de la línea sutil de Denis Villeneuve para la caracterización de los personajes.

De alguna manera es un poco como Guerra de las Galaxias reunió Game of Thrones. La historia adquiere una nueva dimensión bajo la pluma de los escritores y está investida de un mensaje ecológico, social y casi filosófico. Estos mensajes sirven como barniz para la pintura milagrosa que se Duna. Bien estructurados, los diversos actos de este primer capítulo adoptan una grata lentitud narrativa y van en contra de lo que el género nos ofrece desde hace varios años. Aquí, no hay lucha por mantener la atención del público, son los héroes los que nos cautivan. Esta historia iniciática es ambiciosa, visceral y no dejará indiferente a nadie.

duna zendaya
Crédito: Warner Bros

Una obra maestra

Más allá de la fuerza de la historia, es sobre todo la riqueza visual del largometraje de Denis Villeneuve lo que nos deja un recuerdo imborrable. Como un pintor, el cineasta pinta un cuadro entre el realismo y la naturaleza onírica del planeta Dune y sus extensiones de arena. Todo en la película de Denis Villeneuve es arte y su sentido innato del encuadre y la puesta en escena no le son ajenos. Lejos de las inspiraciones steampunk de Cazarecompensas, que no fueron menos grandiosos, Duna se beneficia de la inventiva del cineasta que inmortaliza brillantemente los conflictos internos de los protagonistas y los impresionantes paisajes del planeta Arrakis. Bajo una luz casi divina, el metraje adquiere toda su amplitud y se convierte en una sucesión de retratos y paisajes inspirados, lejos de ser el contorno de una obra maestra.

Este universo también deja espacio a veces para batallas precisas y espectáculos de luz y sonido. Denis Villeneuve ofrece a sus personajes el espacio para moverse frente a su cámara, incluso durante las escenas de clinch. En lugar de cortar su trabajo al azar, el cineasta prefiere dar a sus actores libertad de movimiento para invertir el encuadre y jugar con las relaciones de escala. La edición es eficiente y nunca frenética. Un tempo perfecto para saborear una obra.

Dune Denis Villeneuve
Crédito: Warner Bros

Artesanos de los sueños

Frente a la cámara, Dune invoca monumentos del séptimo arte y talentos emergentes. Zendaya, la increíble calle de Euforia por ejemplo da la respuesta a Javier Barden, que ya no se presenta. Todas estas personitas tocan una partitura sinfónica de rara precisión y mucho más taciturna de lo que uno podría pensar. Cada palabra está pensada por expertos y la melodía de los diálogos suena dulce a nuestros oídos. Sin grandes monólogos ni discursos explicativos, Villeneuve hace menos para hacerlo mejor.

Por último, cabe señalar que la actuación de Timothée Chalamet está a la altura del desafío. Después de haber conquistado en gran medida al público en Llámame por tu nombre, el joven actor hace una nueva demostración de su talento de encarnación, con una rica paleta de emociones y cierto talento para el verbo. Le da la respuesta a muchos otros actores talentosos, como Josh Brolin, impecable en la piel del maestro de esgrima u Oscar Isaac, que renuncia a su papel de piloto bromista en Guerra de las galaxias vii para jugar como Duke Leto Astreides. Stellan Skarsgard también ofrece una actuación tan escalofriante como majestuosa en la piel del barón Harkonnen.

Sinfonía de Hans Zimmer

Es un compositor que ya no presentamos. Después de haber trabajado en la partitura deComienzo o El Dark Kight, el músico sin duda firma aquí su mayor creación. La música, que acompaña la historia con precisión, mezcla sus inspiraciones y se inspirará tanto en el lado de la música tribal como en composiciones más eléctricas. A veces atronadora, a veces onírica, la música original de Hans Zimmer participa en el sueño despierto que es esta primera obra de Duna. Si no siempre ha rendido homenaje al metraje que estaba poniendo a la música, el compositor aquí demuestra muchos deslumbramientos que devoraremos sin disgusto cuando la música original esté disponible en todas partes en plataformas de transmisión.

Dune es, en última instancia, una obra maestra para el artista Denis Villeneuve, que ha logrado combinar el carácter sagrado de la obra con su agudo gusto por la puesta en escena. Historia, esta adaptación de las novelas de Frank Herbert es al mismo tiempo todo lo que uno podía esperar, y todo lo que no esperaba, solo lo mejor. Es de esperar que el éxito sea el de la cita de Duna, cuya segunda obra aún no está asegurada. Si el director es optimista, los ingresos deberán estar a la altura de las expectativas de Warner Bros, de lo contrario esta ambiciosa saga quedará inconclusa.

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