Vivimos en tiempos emocionantes en los que nunca antes nuestro país y la sociedad habían sido tan conscientes de la salud y el estado físico como ahora. En la última década, el fitness ha adquirido un significado completamente diferente y más para las mujeres. Con la cantidad de información disponible, es difícil no abordar el vagón de fitness. Como todo en el 21S t siglo, hay muchas opciones incluso cuando se trata de elegir su fuente de adrenalina y las mujeres también lo están matando, ya sea correr, levantar pesas, bombear el cuerpo, yoga aéreo, pilates o el buen y viejo yoga. Ahora cada uno de ellos tiene sus propios beneficios y uno puede elegir lo que se adapte a su idea personal de fitness. Pero se ha establecido una y otra vez que nuestra filosofía tradicional de fitness que reside en el yoga claramente anula la mayoría de las otras filosofías modernas de fitness.
El yoga es la única forma de ejercicio que utiliza la forma y la energía del cuerpo para mejorarlo. funciona en todos los niveles de nuestro ser físico y mental. Utiliza el propio peso del cuerpo y exige mucha concentración durante la práctica. ¿Y cómo enfoca uno? Eso puede suceder solo cuando tenemos control sobre nuestros pensamientos y somos capaces de orientarlos. Y por eso digo que el yoga también funciona en nuestra salud mental. Uno de los mitos es que el yoga también ha ayudado a romper que las mujeres no deben hacer ejercicio durante su ciclo menstrual. Por el contrario, la práctica regular del yoga ayuda a las mujeres a regular su ciclo, ya que las hormonas van en ritmo y en conjunto con el cuerpo. La práctica sostenida y disciplinada del yoga ayuda a manejar esos días dolorosos y con calambres sin acumular las calorías que ofrecen el pastel de chocolate y el café. Las asanas de yoga funcionan no solo en los músculos, sino también en órganos como la tiroides y el hipotálamo, los cerebros del cuerpo humano. Una vez que se les da su debido ejercicio y una buena dieta, el mantenimiento general de la salud se convierte en una segunda naturaleza y el cuerpo también comienza a apreciar los esfuerzos. También se ha observado que los cambios de humor también son más manejables si las hormonas no están por todas partes. Así que la próxima vez que se acerque a su ciclo, en lugar de acurrucarse en la cama, extienda esa colchoneta y practique algunas asanas relajantes, sus músculos se lo agradecerán y esas hormonas le devolverán la sonrisa.