El 2023 marcó el lanzamiento de la adaptación cinematográfica del conocido juego de rol Dungeons and Dragons, pero para Hugh Grant, no despertó interés entre el público.
El filme de Dungeons and Dragons, titulado Dungeons & Dragons: Honor Among Thieves, quedó registrado como uno de los fracasos comerciales del año 2023. A pesar de contar con un presupuesto de 150 millones de dólares, sólo logró recaudar 208 millones de dólares a nivel global. No solo no logró recuperar la inversión, sino que es probable que la trama no tenga continuidad. Muchos se preguntan: ¿Qué falló? Hugh Grant aporta su explicación al respecto.
En una reciente conversación con THR, Hugh Grant confesó: «Es una película bien hecha, pero también un gran enigma. ¿Por qué no se hizo un estudio de mercado previo? Creo que eso fue lo que falló: en resumen, la gente simplemente pensó: No quiero ver una película sobre este juego. ¿Por qué no se consultó primero al público?»
Discrepo del punto de vista del actor.
Concebir una película basada en Dungeons and Dragons era una idea prometedora, dado que traslada al espectador a un universo de fantasía épica y lúdico, distinto a tramas actuales como Juego de Tronos, La casa del Dragón, The Witcher o Los Anillos de Poder.
El filme contó con una trama atractiva y un elenco estelar que incluyó a Chris Pine como Edgin, Michelle Rodriguez como Holga, Regé-Jean Page como Xenk, Justice Smith como Simon, Sophia Lillis como Doric, Hugh Grant como Forge, Chloe Coleman como Kira y Daisy Head como Sofina.
Entonces… ¿Qué salió mal?
En mi opinión, existen dos factores que jugaron en contra del éxito del filme y que impedirán futuras entregas. En primer lugar, el presupuesto fue exorbitante y si sumamos lo invertido en promoción, para alcanzar rentabilidad se requerían unas ganancias globales de entre 400 y 500 millones de dólares. Solo nueve películas en 2023 lograron superar los 500 millones, lo que demuestra que no es tarea fácil.
El dilema radica en que un presupuesto reducido podría comprometer el espectáculo visual. Sin embargo, la eliminación de algunas escenas con efectos especiales a favor de un guión más creativo pudo haber reducido costos y acercado al filme a números más rentables.
El obstáculo más grande de la película.
Puede que Hugh Grant no esté familiarizado con el juego de rol de Dungeons and Dragons, llevándole a creer que nadie estaría interesado en un filme basado en este. No obstante, si hubiesen incorporado escenas de personas jugando, a la manera de La princesa prometida (1987), mezclado con Stranger Things o The Big Bang Theory, la película podría haber aprovechado la nostalgia del público anterior y potencialmente capturado a una nueva audiencia.
Si se muestra a un grupo de personas jugando Dungeons and Dragons en una habitación, y luego las acciones del juego en la realidad a través de los personajes, es probable que además de ahorro de costes, se hubiesen diferenciado de la oferta actual de fantasía épica. Imagina presentar a unos niños comenzando una partida y continuando la historia hasta adultos, mientras los personajes de fantasía combaten dragones y atraviesan laberintos. No parece una tarea imposible de lograr.
¿Qué opinas? ¿Estás de acuerdo con Hugh Grant en que no había suficiente interés por una película de Dungeons and Dragons? ¿O piensas que el planteamiento de la historia no fue el correcto? Te invito a dejar tus comentarios a continuación en la sección de opiniones.