Nutrición: más de la mitad del planeta come demasiado, no lo suficiente o simplemente mal

La edición de 2021 del Informe de nutrición mundial presenta un panorama alarmante de la situación alimentaria mundial.

Cuanto más crece la población mundial, más críticos se vuelven los problemas relacionados con los alimentos. Esta es la conclusión esperada, pero preocupante, que surge de la lectura de la edición 2021 del Informe Global de Nutrición, un documento que examina los hábitos alimentarios en todo el mundo. El informe ilustra “la insostenibilidad del statu quo actual y la crisis nutricional mundial que atravesamos”; hoy, casi la mitad (48%) de la población mundial come demasiado, no lo suficiente o simplemente muy mal.

Por un lado, la falta de alimentos sigue siendo un problema importante en algunas regiones más pobres. No es una coincidencia que las Naciones Unidas se sintieran obligadas a desafiar a multimillonarios como Elon Musk; Según las Naciones Unidas, casi 690 millones de personas se acuestan con hambre todos los días.

La desnutrición, un enemigo universal

Una cifra obviamente catastrófica, con terribles consecuencias para la salud pública. En las regiones afectadas, hay muchos retrasos en el crecimiento. También hay un predominio preocupante de carencias de todo tipo, un descenso de la esperanza de vida… Existe, por tanto, una urgente necesidad de desarrollar infraestructuras capaces de solucionar, o al menos paliar, este problema.

Y mientras tanto, en el otro lado del espectro, el fenómeno inverso también está causando estragos. Porque incluso en países que tienen un amplio acceso a alimentos de calidad, el cuadro clínico suele ser muy preocupante. Entonces no se trata de una cuestión de cantidad; son los malos hábitos alimenticios los que están en cuestión.

A nivel mundial, el consumo de frutas y verduras sigue siendo un 50% más bajo en general que las cinco porciones diarias recomendadas. Lo mismo ocurre con las nueces y las legumbres, que a menudo se rechazan a pesar de sus cualidades nutricionales. Por el contrario, el consumo de ciertos alimentos nutricionalmente desastrosos sigue aumentando. Podemos, por ejemplo, citar el Bebidas azucaradas, o sal que es dañina (especialmente para los riñones) cuando se consume en demasiada cantidad.

Tendencias que no fomentan el optimismo

Al final, el panorama elaborado por la GNR es tanto más preocupante cuanto que esta situación parece que va a durar. La comisión explica que no se ha observado ninguna mejora general en la dieta durante los últimos diez años. Y esto a pesar del establecimiento de muchos programas de sensibilización; por ejemplo, podemos citar el Programa Nacional de Nutrición Sanitaria (PNNS) de Francia, con su famoso lema “Manger – Bouger”. A nivel mundial, somos «Incapaz”Alcanzar cinco de los seis objetivos mundiales de nutrición formulados por la Organización Mundial de la Salud.

«Ninguna región está cumpliendo con las recomendaciones para una alimentación saludable». -GNR

Como resultado, las tasas de morbilidad y mortalidad relacionadas con la dieta continúan aumentando. Un fenómeno que lamentablemente se observa en la mayoría de las regiones. Según la GNR, las muertes por dietas poco saludables han aumentado en un 15% desde 2010 – ¡O más rápido que el crecimiento de la población!

Y como si las consecuencias para la salud no fueran suficientes, el informe también señala el impacto considerable y creciente en nuestro medio ambiente. En marzo pasado, un estudio publicado en Nature Food estimó que los alimentos eran directa o indirectamente responsables del 34% de las emisiones de gases de efecto invernadero. Y este es solo un ejemplo aislado. El informe explica que «todas las regiones del mundo« tienen dietas incompatibles con los objetivos climáticos.

La tendencia es extremadamente preocupante en términos de ENT (enfermedades no transmisibles) relacionadas con la nutrición. © GNR

Una emergencia humana y ambiental

En conclusión, ahora estamos en un emergencia nutricional en todos los frentes. Esto es tanto más cierto cuanto que el precio de hacer frente a las dietas de mala calidad está aumentando vertiginosamente. La gestión de estos problemas de salud pública en el contexto medioambiental actual se convertirá, por tanto, en cada vez más complicado a lo largo de los años. Pero el costo de la inacción sería mucho mayor.

Para salir de esta espiral descendente, la GNR ofrece varios cursos de acción. Al principio, considera imprescindible meter la mano en la billetera. «Es necesario aumentar las inversiones financieras para acabar con las dietas de mala calidad y la malnutrición”, Podemos leer en la conclusión. Y no debemos hacerlo a medias; Un estudio de 2020 estimó que para esperar poner fin al fin del mundo en 2030, se tendrían que gastar más de 300.000 millones de euros en ello. Pero las inyecciones únicas de dinero no serán suficientes. Estos problemas también deben ser «resuelto de manera integral y sostenible«, Que pasa por»mejores datos, mayor responsabilidad y seguimiento sistemático”. De lo contrario, la situación podría salirse de control en un futuro relativamente cercano. La versión francesa de este detallado informe está disponible aquí.