Explorando el final del cosmos: La intrigante trama de esta película de ciencia ficción del 2016.
ISRA-88 es un film de ciencia ficción que reta al género con su historia y al espectador. Thomas Zellen se encarga de la dirección de este largometraje en la cual seguimos el viaje de Harold Richards (interpretado por Casper Van Dien) y Abe Sanderson (interpretado por Sean Maher) al final del cosmos. Sin embargo, su experiencia trasciende la mera ciencia y lógica, sumergiéndose en domainos filosóficos y psicológicos.
ISRA-88 comienza la narración de su aventura espacial de una manera bastante serena. A bordo de la nave espacial del mismo nombre, encontramos al disciplinado piloto militar Harold Richards junto al científico poco ortodoxo y más relajado Abe Sanderson. Ambos despiertan otro día común y corriente en su interminable travesía de explorar los confines del universo. Mientras Richards continúa su rigurosa rutina de ejercicios y chequeando los sistemas de la nave, Sanderson se divierte con pequeñas distracciones como un par de gafas de sol que realmente no deben servir en el espacio.
Con el tiempo, las tensiones empiezan a aparecer entre estos dos hombres mientras se alejan de la Tierra. Sanderson, quien en su naturaleza es escéptico, no está seguro de que llegar al final del universo, una frontera en constante expansión, es posible. Por otro lado, Richards mantiene su fe en la misión pero va mostrándose cada vez más afectado por la distancia y la soledad.
El viaje empieza a volverse cada vez más raro y riesgoso.
La película de ciencia ficción nos muestra como un accidente en el laboratorio de la nave resulta en que Richards sea electrocutado, causándole a Sanderson entrar en una vorágine de culpa y desesperación. A partir de ese incidente, la realidad empieza a desplomarse para el científico, quien empieza a experimentar alucinaciones, visiones del pasado y deformaciones del tiempo.
Esto se complica aún más cuando la nave es atacada por una criatura misteriosa que envuelve la nave con su cuerpo y se enfrenta a Sanderson. Aunque inicialmente pareciera una alucinación, Sanderson termina atrapado dentro de una espiral de locura y desesperanza cada vez más intensa.
La película de ciencia ficción revela que la realidad de Sanderson está siendo formada por sus propios pensamientos y recuerdos. Esto se observa más claramente cuando descubre que sus dibujos tienen el poder de cambiar la realidad, lo que lo lleva a intentar cambiar su destino y el de su colega, aunque esto resulta desastroso.
El fin del cosmos según ISRA-88.
La interpretación del fin del universo que ofrece ISRA-88 trasciende la física o la cosmología tradicional. El cosmos que explora no es solo un espacio físico sino un estado mental, una reflexión sobre la percepción y la realidad.
Cuando Sanderson se acerca al supuesto fin del universo, no se encuentra con un borde o barrera, sino con un vacío brillante que lo engulle. Este «fin del universo» es el colapso de la realidad tal y como la conocemos, donde las leyes de la física dejan de tener sentido y el tiempo y el espacio se entrelazan con la conciencia.
La película de ciencia ficción termina sugiriendo una perspectiva alarmante: ¿es el fin del universo un lugar físico o simplemente el límite de lo que puede comprender la mente humana? ISRA-88 insinúa que el verdadero «fin» del universo es la conclusión de la introspección, el punto donde la realidad se entrelaza con nuestra percepción y donde la mente humana confronta con sus propias limitaciones.
En este sentido, ISRA-88 se transforma en una metáfora de la condición humana: la búsqueda de respuestas en un cosmos infinitamente expansivo que a fin de cuentas, puede que no tenga respuestas definitivas. Al igual que Sanderson, quedamos atrapados en nuestras propias percepciones, luchando por comprender un cosmos tan vasto y complicado como la mente que lo observa.
ISRA-88 es más que una película sobre el espacio; es una reflexión profunda sobre la naturaleza de la realidad, del tiempo y de la percepción. Representando el fin del universo como algo más que un simple punto en el espacio, el film desafía nuestros presupuestos y nos invita a considerar la posibilidad de que el universo sea tan ilimitado como nuestra propia imaginación. Es una obra que deja más preguntas que respuestas, invitándonos a explorar los límites de nuestra propia comprensión.
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