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Platinum End: Mirai forja una alianza incómoda con [SPOILER]

Mirai y Saki de Platinum End perdieron a Mukaido como aliado, pero justo a tiempo, dos nuevos amigos inesperados llegan para protegerlos del daño.

ADVERTENCIA: Lo siguiente contiene spoilers del episodio 16 de Platinum End, «World’s Greatest Assassin», que ahora se transmite en Crunchyroll y Funimation.

Nasse, el ángel juguetón, le otorgó a Kakehashi Mirai las alas y las flechas de un ángel, empujándolo a una batalla real mortal para decidir el próximo Dios. Mirai necesitaba aliados, y primero se asoció con su compañero de clase Hanakago Saki antes de reclutar a Mukaido Nanato, un veterano, para el equipo. Mukaido pagó con su vida para derrotar a Metropoliman, y ahora, Mirai necesita un aliado de reemplazo.

A partir del episodio 16, Mirai se encuentra en una posición defensiva complicada, con todo el mundo luchando para cazar a los candidatos a Dios para explotarlos o eliminarlos, y Mirai y Saki solos no pueden esperar sobrevivir a este nuevo conflicto. Ahí es cuando dos policías simpatizantes, Hoshi Masaya y su pareja/prometida Yumiki, entran en escena.

Con el brutal Metropoliman/Uryu Kanade muerto, el joven Susumu se erige como el peor enemigo de Mirai, incluso si Susumu tiene buenas intenciones. El plan del chico de reunir públicamente a los candidatos a Dios y elegir uno como Dios preocupa a Mirai, pero por ahora, Mirai no ve forma de derrotar a Susumu en una batalla de ingenio. Él y Saki pasan desapercibidos y reanudan su vida habitual en la escuela secundaria en septiembre, hasta que la batalla real los alcanza una vez más. Por separado, Mirai y Saki se encuentran con policías que buscan ayudarlos en lugar de capturarlos.

Los gobiernos del mundo, incluido el de Japón, tienen como objetivo capturar a los candidatos a Dios y usarlos como reemplazo de las armas nucleares como elemento disuasorio, pero un oficial de policía llamado Hoshi Masaya y su pareja/prometida Yumiki piensan diferente. No quieren que los candidatos a Dios sean explotados de esa manera, especialmente los adolescentes inocentes como Mirai y Saki, y se acercan a Mirai y Saki como aliados. Saki también atraviesa a Yumiki con su flecha roja, y Mirai se pregunta si Masaya lo permitió para que él y su compañero pudieran ganarse la confianza de Mirai.

De todos modos, funciona, y Mirai y Saki aceptan a Masaya y Yumiki como aliados inesperados. Mirai ve enemigos en todas partes, especialmente desde que Susumu reveló la batalla real al mundo, pero Nasse determina que Masaya y Yumiki son honestos con sus intenciones. Incluso comparten su apartamento seguro como escondite para los cuatro, y estos dos policías aliados le mienten a su jefe para proteger a sus amigos candidatos a Dios. Por ahora, Mirai y Saki pueden contar con ellos para recibir ayuda y, a diferencia de Mukaido, brindan ayuda interna en lo que respecta a la policía y al gobierno japonés. Esta es una ventaja que Mirai y Saki nunca antes habían tenido, y su potencial es formidable.

A primera vista, Mirai y Saki tuvieron suerte al obtener dos aliados policías que juraron protegerlos del turbulento panorama político de la era actual. Sin embargo, esto también plantea la pregunta de qué harán Mirai y Saki y cuáles son sus objetivos. Una vez más, Mirai y Saki tienen objetivos defensivos y humildes, con el objetivo de vivir una vida normal y feliz como siempre pretendieron. Sin embargo, eso no les permitirá ganar la batalla real, ni impresionará a nadie si se lleva a cabo la elección prevista de Susumu. Mirai y Saki tienen un papel pasivo en la historia una vez más, y ahora siguen el ejemplo de Masaya y Yumiki, tal como alguna vez siguieron el ejemplo de Mukaido Nanato, ya que él era más experimentado y proactivo.

Este nuevo desarrollo, si bien es positivo para Mirai y Saki, destaca su juventud y su incapacidad para establecer un objetivo sólido y perseguirlo como verdaderos protagonistas del shonen. Mirai y Saki son adolescentes comunes y corrientes, y ninguno de ellos tiene la intención de quitarse la vida o convertirse en Dios, incluso si la batalla real lo exige. Son casi como niños, aferrándose a los adultos responsables y sabios a su alrededor que les muestran el camino, y no pueden hacer mucho por sí mismos. Adultos como Mukaido, y ahora Masaya y Yumiki, son los que toman decisiones difíciles y planifican estrategias, y Mirai es todo lo que Saki puede hacer para mantenerse al día.

Si esta tendencia continúa, Mirai y Saki estarán en un gran problema si sus nuevos aliados policiales les fallan de alguna manera o, peor aún, se vuelven contra ellos por alguna razón. Mirai y Saki deben crecer más temprano que tarde si alguna vez tienen la intención de vivir esa vida normal y feliz.

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