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Satélite de radar Sentinel-1 de la ESA

Con una ambiciosa idea de crear una mejor comprensión de la Tierra, la agencia espacial europea puso en marcha el programa Copernicus, ‘El ojo de Europa en la tierra’ lo bautizaron. Copernicus es un programa de observación de la tierra diseñado para capturar información rápida, correcta y fácilmente accesible sobre el planeta. La información se utilizará para ayudar a comprender y reducir los impactos del cambio climático, así como para garantizar la seguridad de la raza humana.

En asociación con la ESA, la iniciativa encabezada por la Comisión Europea desarrolló una nueva familia de satélites, los Sentinels, tres constelaciones completas de satélites gemelos. El primer par, Sentinel 1A y 1B, se lanzaron en abril de 2014 y abril de 2016 respectivamente, y hasta la fecha son los únicos satélites de radar de apertura sintética. El segundo par fue Sentinel 2A y 2B, lanzados en junio de 2015 y marzo de 2017, respectivamente, entregando imágenes de alta resolución para servicios terrestres. También generan imágenes que pueden ser vistas por el ojo humano y muestran imágenes fascinantes como floraciones de algas, lagos y vegetación oceánica. El tercer lanzamiento puso en órbita los dos satélites Sentinel-3 en febrero de 2016 y abril de 2018. Este par proporciona datos relevantes para los servicios para el océano y la tierra. Las tres constelaciones de satélites están en órbita. Con la adición del último satélite único, el Sentinel-5P, en octubre de 2017, desarrollado para reducir las brechas de datos entre Envisat, particularmente el instrumento Sciamachy, el programa Copernicus se completó.

El satélite de radar Sentinel-1 de la ESA, un satélite de radar de apertura sintética, puede ver de noche y a través de las nubes, lo que proporciona una precisión milimétrica al medir la elevación. Está compuesto por dos satélites separados 1A y 1B, que generan datos del radar que requieren un análisis e interpretación rigurosos, pero brindan una perspectiva completamente nueva del mundo que nos ayuda a planificar el futuro.

Ambos satélites tienen el mismo propósito y tienen el mismo equipo, pero tener dos significa actualizaciones más frecuentes al crear tiempos de visita más altos. Además, dado que ven bien incluso a través de las nubes, de día o de noche, pueden operar y dar resultados precisos incluso en condiciones climáticas adversas, a diferencia de los satélites ópticos, obstaculizados por las nubes.

El satélite S-1 alberga el instrumento C-SAR, que le permite ofrecer un monitoreo confiable de amplio rango, que también tiene tiempos de revisión más cortos. El sistema de imágenes de banda C, también incluido en el satélite S-1, opera en cuatro modos de imagen exclusivos, con diferentes resoluciones, hasta 5 my hasta 400 km.

El programa Copernicus ha proporcionado una gran cantidad de datos. Esta información se envía de regreso a la Tierra para su procesamiento backend. Los resultados de la investigación están destinados a beneficiar al medio ambiente. La información recopilada a partir de los datos obtenidos y analizados por los satélites se utiliza para realizar mejoras y proporcionar información sobre muchos problemas globales críticos, incluido el cambio climático, la seguridad civil, la gestión de la tierra, el medio marino, la respuesta a emergencias y las condiciones atmosféricas de la Tierra.

Los resultados obtenidos de Copérnico seguramente influirán en el futuro de la raza humana. La agencia espacial europea está contribuyendo proporcionando un marco probado para el desarrollo de sistemas en tiempo real para su uso por la comunidad, lo que debería conducir a más inversiones en las generaciones futuras del sistema. Los 30 años de experiencia de la ESA en el desarrollo y la gestión de programas espaciales contribuyen al éxito del programa Copernicus.

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