Ciencia

Sony presenta un brazo robótico tan delicado como la mano humana

La mano humana es una herramienta formidable que los investigadores han querido emular durante siglos; Sony ahora se está acercando considerablemente con su último prototipo.

Como parte de su Technolgy Day, Sony presentó recientemente un nuevo prototipo de brazo robótico junto con inteligencia artificial que ha demostrado ser capaz de realizar movimientos muy finos para manipular objetos extremadamente delicados.

A primera vista, la máquina parece un brazo que ya se encuentra en todas partes de la industria. Hasta ahora, nada nuevo; pero a diferencia de las máquinas que hoy equipan las fábricas, la propuesta de Sony busca acercarse lo más posible al funcionamiento de una verdadera joya de la bioingeniería: la mano humana.

A pesar de su tamaño relativamente pequeño, este apéndice es una estructura extremadamente compleja que incluye una treintena de huesos y músculos, muchos tendones y, sobre todo, un gran número de terminaciones nerviosas. Toda esta parafernalia hace que la mano sea tan poderosa como versátil; No es una coincidencia que los investigadores en robótica hayan tratado de emular su destreza durante décadas.

La mano humana, una maravilla de versatilidad

Los brazos robóticos han avanzado mucho desde su aparición a mediados de la década de 1990. Hoy en día tienen una precisión formidable que los hace imprescindibles en las líneas de producción. Pero aunque hacen maravillas en estas tareas especializadas y preprogramadas, todavía están muy lejos de poder competir con la mano humana en el campo de la versatilidad y adaptabilidad.

En la práctica, esto significa que son excepcionalmente precisos a la hora de manipular objetos cuya forma, tamaño y peso se conocen de antemano. Pero todo se vuelve mucho más complicado cuando se trata de trabajar con objetos desconocidos.

Para llevar esta tecnología al siguiente nivel y permitirle manipular todo tipo de objetos, esos brazos deben poder acercarse a la delicadeza de nuestras manos. Esto implica tener en cuenta la forma, las dimensiones y el peso del objeto, pero no solo eso. También nos debe interesar su rigidez, el tipo de superficie …

Reconstruir un proceso instintivo

En los humanos, esto pasa por cooperación entre diferentes sentidos, especialmente la vista y el tacto. Esto nos permite adaptar instintivamente nuestro agarre para atrapar el objeto sin romperlo o dejar que se resbale. Es este enfoque el que los investigadores de Sony han intentado emular adornando sus abrazaderas con numerosos sensores de presión.

Pero atrapar un objeto es un problema mucho más complejo que solo apretar. También tenemos que adaptar la forma en que lo manejamos. Esto es particularmente importante para objetos frágiles con una forma particular, como huevos. Para responder a este problema, los investigadores integraron otro conjunto de sensores, esta vez de posición. Permiten que el manipulador se coloque con precisión en el lugar que proporciona el mejor agarre para sujetarlo de forma segura mientras desarrolla la menor fuerza posible.

Estos sensores de presión y posición trabajan en tándem para permitir que el brazo agarre todo tipo de objetos “desconocidos”, es decir, sin ajuste previo. Basta calibrar el sistema una vez para permitirle atrapar una amplia variedad de objetos, que requieren tipos de manipulación muy diferentes. Sony demostró así su sistema con una flor, un vaso y una botella.

A largo plazo, estos sistemas de este tipo podrían hacer maravillas para realizar complejas tareas de manipulación con total autonomía, sin necesidad de que un ingeniero programe una secuencia aguas arriba. Esto requeriría acoplar esta tecnología a un sistema basado en IA. Una vez alcanzado este hito, las posibilidades serían más o menos infinitas; podemos imaginarlo haciendo maravillas en la industria alimentaria, el reciclaje o muchos otros sectores de la industria.

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