El tema de hoy es particularmente emocionante para mí, ya que se trata de una de mis películas favoritas de todos los tiempos: La princesa prometida. Es una película que podría ver una y otra vez sin cansarme, ya que las aventuras que Rob Reiner nos presenta en su película son siempre emocionantes y agradables. Además, es una experiencia especialmente agradable cuando, como yo, tienes hijos en la casa, ya que esta película puede ser compartida con las generaciones más jóvenes para seguir disfrutándola juntos.
Analizando La princesa prometida
La película, que quiero discutir es del año 1987, fue dirigida por Rob Reiner, y cuenta una maravillosa fábula, una historia que un abuelo le cuenta a su nieto enfermo acostado en la cama. Al principio, el nieto se resiste a escuchar cuentos para niños, pero finalmente cede y empieza a escuchar la historia, lo cual marca el inicio de toda la película. Es una manera intencional de indicar que lo que veremos en la pantalla es sólo un cuento, una oportunidad para ver la imaginación de un niño de diez años en acción mientras su abuelo le cuenta la historia.
Adentrándonos en el cuento de La princesa prometida
La trama del cuento se centra en la historia de La princesa prometida. Buttercup, una hermosa joven, vive en una lejana granja. En la misma granja está Westley, un trabajador que siempre cumple con todos los caprichos y peticiones de Buttercup. Siempre responde diciendo«como desees», pero en realidad, esto significa «te amo». Westley decide embarcarse en un viaje para acumular fortuna y poder casarse con su amada, pero su barco es atacado por el temible pirata Roberts, y Westley es capturado y presuntamente asesinado.
Años después, con la creencia de que su amado está muerto, Buttercup se compromete con el príncipe Humperdinck. Sin embargo, antes de su boda, es secuestrada por tres criminales. Un misterioso hombre enmascarado interviene para rescatarla, venciendo a los tres criminales y llevándosela a ella. Buttercup culpa inicialmente al enmascarado de ser el pirata Roberts, pero cuando revela su rostro, descubre que en realidad es Westley. En ese momento, se encuentran con Humperdinck, quien se lleva a Buttercup. A pesar de ser prisionero, Roberts no se rinde y, con la ayuda de dos de los secuestradores de la princesa, escapa y retoma su búsqueda para ganar a Buttercup.
Detrás de las escenas: La formación de un clásico
La película se basa en un libro escrito por el aclamado escritor, William Goldman, quien también fue el guionista de esta película entre otras. Goldman emplea una técnica de narración utilizada previamente por Cervantes, asegurando que lo que escribió es un recuerdo de una historia que su padre le contaba, escrita por un tal Morgenstern, que en realidad nunca existió. El guion de La princesa prometida había estado rondando por los estudios durante algunos años. Directores famosos como Alain Truffaut o Robert Redford habían mostrado interés en hacer la película. Sin embargo, después de ver la película This is Spinal Tap de Rob Reiner, Goldman decidió que quería que Reiner dirigiera la adaptación de su novela.
El reparto: Decisiones emblemáticas
Una vez que eligieron al director, comenzó el proceso de selección de actores. Para el papel de Buttercup, se presentaron hasta 500 actrices. Entre las posibles candidatas estaban Carrie Fisher, Meg Ryan, Sean Young y hasta Whoopi Goldberg. Esta última estaba decidida a obtener el papel de Buttercup (afortunadamente no sucedió), que finalmente fue asumido por la entonces actriz de telenovelas (Santa Bárbara), Robin Wright (House of Cards). El papel de Westley fue interpretado por Cary Elwes.
Para el papel de Iñigo Montoya, Reiner seleccionó a Mandy Patinkin. Recientemente había perdido a su padre y tenía una motivación extra para interpretar el papel. Como sabrán, Iñigo está en una misión para vengar a su padre y durante la escena en la que apuñala a su asesino, Patinkin dijo que sintió como si hubiera apuñalado a la enfermedad que se llevó a su padre. La experiencia fue tan intensa que accidentalmente apuñaló a Christopher Guest (El seis dedos) en la pierna.
Para el personaje de Fezzik, recurrieron a Andre el Gigante, un luchador profesional afectado por una rara enfermedad que le hacía parecer un gigante. En ese momento, Andre ya estaba experimentando serios problemas de salud, por lo que en muchas de las escenas utilizaron trucos para simular su inmensa fuerza. En la escena en que Westley trepa sobre su espalda, contrataron a un doble de menor tamaño para evitar dañar a Andre. Y cuando tenía que bajar de un caballo, tenían que utilizar una grúa. Andre era francés y grabó sus diálogos fonéticamente para añadirlas a la película en postproducción, ya que no hablaba inglés.
Chris Sarandon (en aquel entonces esposo de Susan, quien conservó su apellido a pesar del divorcio) interpretó al príncipe Humperdinck, Wallace Shawn interpretó a Vizzini, un papel que también se consideró para Danny DeVito, y para interpretar al nieto y al abuelo, se recurrió a Fred Savage y Peter Falk, respectivamente.
Entre aventuras, romance y momentos inolvidables
La película está llena de acción, ternura, fantasía y amor verdadero… Es fácil entender por qué apela a todo tipo de audiencias. Tiene desde la resistente resistencia inicial de un niño ante los pasajes más románticos de la historia, hasta su rendición final, ansiando un final feliz.
Una de las mejores escenas es, sin lugar a dudas, la pelea de esgrima entre Westley e Iñigo. Este memorable duelo fue filmado sin dobles (ambos actores pasaron largas horas practicando), y tiene esa magia que Errol Flynn lograba en sus películas.
No podemos pasar por alto las frases memorables que se han arraigado en la memoria colectiva. La más famosa probablemente sea la de Iñigo Montoya: «Hola, mi nombre es Iñigo Montoya. Tú mataste a mi padre. Prepárate para morir». Como dato curioso, Reiner una vez se encontró con uno de los principales mafiosos de Nueva York, John Gotti, al salir de un restaurante. Gotti se paró frente a él y le dijo la famosa frase. Reiner casi se desmaya de miedo hasta que Gotti se echó a reír y se dio cuenta de que era una broma de admiración.
Banda sonora: La magia de Mark Knopfler
La banda sonora es también un elemento destacado de esta película. Debo confesar que es uno de los discos que siempre tengo en mi coche y que me encanta escuchar cuando estoy solo en el coche, recordando escenas de la película. Mark Knopfler, el célebre compositor, autor, cantante y fundador de la banda Dire Straits, fue el elegido para crearla.
Cuando Reiner se lo propuso, Knopfler no estaba muy seguro. Dijo que sólo accedería si Reiner incluía uno de los sombreros que un personaje de su película anterior (This is Spinal Tap) usaba, ya que Knopfler era fan de esa película. Reiner aceptó y puso el sombrero en la habitación del nieto en la película. Luego, Knopfler confesó que había sido una broma y que habría creado la banda sonora de todas formas.
El trayecto hacia convertirse en un clásico de culto
Aunque la película no fue un éxito en su estreno debido a la fuerte competencia de la cartelera que incluía películas como: Atracción Fatal, Dirty Dancing, Robocop, La Bamba y Hellraiser. A pesar de que costó 15 millones de dólares hizo una recaudación de solo 30 millones. Sin embargo, cuando llegó a la televisión y a las tiendas de alquiler de vídeos, se convirtió en un éxito en esos queridos locales y se ganó un lugar en la historia como una película de culto.
¡Comparte tu amor por La princesa prometida! ¿Cuántas veces has visto esta joya del cine? ¿Cuál es tu escena favorita? ¡Dejanos saber en los comentarios! No olvides seguirnos en nuestras redes sociales para mantenerte al día con más recuerdos del cine que marcó nuestras vidas. ¡Te esperamos!