Ciencia

Después de los cohetes, SpaceX enviará … una fábrica al espacio

Varda Space inaugurará el servicio «space carpooling» de SpaceX en 2023.

La idea, sin embargo, salió primero de la boca de Jeff Bezos, el fundador de Amazon y el mayor rival de Elon Musk. Pero como si la historia se repitiera, fue una vez más el emprendedor sudafricano quien redobló a su colega estadounidense.

La idea original era enviar, voluntariamente o por la fuerza, las industrias más contaminantes al espacio. Una forma de deshacerse de esta carga planetaria es luchar contra el calentamiento global. Contaminando el espacio como nunca antes, dirán los detractores de Bezos.

Pero aun así, si la idea del jefe de Blue Origin no parece tener aún un seguimiento, la empresa Varda Space, ha desarrollado este proyecto, y esta semana presenta una alianza de nuevo tipo con SpaceX, que planea enviar una fábrica al espacio. Los primeros bloques de esta futura planta deberían llegar a su lugar durante el año 2023 según el cronograma inicial, presentado conjuntamente por las dos empresas.

Una misión de unos meses

Según Varda, el interés de tal fábrica radicaría en el uso de microgravedad. En ausencia de gravedad, sería posible fabricar nuevos materiales o desarrollar investigaciones por parte de la Estación Espacial Internacional sobre ciertos productos específicos.

Según los primeros rumores, Varda espera poder diseñar bioorganismos en el espacio, así como semiconductores, una pieza que se ha vuelto muy rara en los últimos meses. Pero aunque el proyecto se dio a conocer hace unos días, aún no se ha firmado ningún contrato con clientes potenciales.

La misión debería durar un total de 3 meses antes de regresar a la Tierra. Varda Space espera que esta misión se pueda replicar en el futuro. La compañía aspira a enviar dos fábricas más al espacio en el año 2024.

Un nuevo tipo de órbita

Antes de construir esta fábrica en el espacio, ya tienes que ir allí. Para llegar allí, Varda Space necesita la tecnología de SpaceX, hoy la compañía más confiable en términos de lanzamiento y capaz de enviar cargas útiles muy pesadas a la órbita.

Además, la empresa de Elon Musk tiene una oferta muy interesante para sus clientes. En lugar de hacer que paguen todo el viaje por su cuenta, SpaceX propone establecer un sistema de «uso compartido de vehículos espaciales».

En otras palabras, SpaceX agrega la carga útil de Varda Space a uno de sus vuelos ya programados (para una misión Starlink o Dragon) y luego envía este pequeño mundo a la órbita. Una vez en el encuentro espacial, las dos cargas útiles se separan y cada una entra en su órbita respectiva.

Aterrizaje: el punto caliente de la misión

Una vez que las piezas sean diseñadas en el espacio por la fábrica Varda Space, serán almacenadas en una pequeña cápsula, que volverá a la Tierra gracias al cohete Electron de Rocket Lab. La compañía de Nueva Zelanda, que estaba corriendo para lanzar y aterrizar, finalmente se enfocará en la última parte de la misión.

Este debería ser el momento crítico para Varda Space. De hecho, un regreso a la Tierra siempre es complicado, pero las partes diseñadas al ser muy frágiles, esto agrega riesgo a la experiencia. El regreso a la Tierra debería ser a Mach 28 (34.574,4 km / h), por lo que el frenado debe ser lo suficientemente potente como para que los equipos de Varda Space no solo recojan cenizas cuando la cápsula regrese a la Tierra.

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