A la espera de poder curar la ceguera, la única solución es tratar de sortearla; una nueva generación de equipos hápticos bien podría cambiar las reglas del juego en este nivel.
La ceguera es una de esas discapacidades cuyo manejo empieza a mejorar ligeramente gracias a la tecnología. Pero mientras esperan un avance notable en la medicina regenerativa o en el lado de las interfaces cerebro-máquina, las personas que la padecen aún dependen a menudo de herramientas e infraestructuras relativamente rudimentarias. Investigadores alemanes de la Universidad Técnica de Munich quieren cambiar eso con un nuevo tipo de gafas de retroalimentación háptica.
A primera vista, esta combinación parece curiosa; en efecto, es una tecnología que instintivamente asociamos con equipos táctiles, o al menos manuales, ya que esta palabra se deriva del griego haptein que significa tocar. Y este es precisamente el caso aquí, ya que estas gafas no funcionan solas. Trabajan en conjunto con una manga especial que se usa en el antebrazo; es en este elemento que se esconde la tecnología de retroalimentación háptica.
Dos sensores de profundidad al servicio de una manga motorizada
Durante el uso, todo comienza con las gafas. Primera particularidad: a diferencia de la mayoría de los sistemas de ayuda a la movilidad, este no está basado en el Kinect de Microsoft. En cambio, hay dos cámaras infrarrojas Intel Realsense D415 montadas en una base impresa en 3D. El modelo es diferente, pero la filosofía es la misma; son los encargados de cartografiar el entorno, gracias a sus sensores de profundidad.
Luego, los datos de las cámaras se procesan para redistribuirlos en la superficie de la funda; es él quien se encarga de la retroalimentación háptica en sí. Cada una de las 25 zonas del campo de visión virtual corresponde a una zona diferente de la manga. Las diferentes celdas del manguito llevan cada una un pequeño motor, para que la interpretación sea lo más sencilla posible.
Así, en cuanto la cámara infrarroja detecta un obstáculo en el campo de visión, la zona correspondiente del antebrazo comienza a vibrar con mayor o menor fuerza según la distancia. Teóricamente, con un poco de práctica, esto debería permitir que las personas con ceguera total recuperen una apariencia de «visión» de muy baja resolución a través del tacto.
Un enfoque que funciona en la práctica
Una filosofía que recuerda inevitablemente a la más antigua de las ayudas a la movilidad: el bastón, que todavía acompaña a diario a muchas personas ciegas y con discapacidad visual. Pero este sistema promete hacerlo mejor en muchos aspectos, comenzando por el aspecto ergonómico. Este “bastón digital” permite, por ejemplo, identificar obstáculos a una distancia de hasta tres metros, y esto sin mover un dedo, a diferencia de un buen bastón analógico antiguo.
Este nuevo enfoque aún tenía que demostrar su utilidad frente a una tecnología ciertamente bastante rudimentaria, pero que ha seguido demostrando su valía durante siglos. Y eso es lo que los ingenieros lograron hacer a través de una prueba de concepto bastante impresionante.
Comenzaron con un paso que sirvió tanto de calibración como de entrenamiento para los pacientes, para que pudieran interpretar instintivamente las indicaciones de la manga háptica. Y los resultados fueron satisfactorios; después de solo tres ensayos, cada uno separado por una semana, más del 70% de los pacientes pudieron discernir con precisión una «imagen» producida por una combinación de motores.
¿El bastón digital del futuro?
Un resultado alentador, que sin embargo necesitaba ser confirmado en condiciones reales. Una vez superada esta etapa, sometían a los participantes a una carrera de obstáculos que tradicionalmente sería bastante laboriosa para una persona equipada con un simple bastón. De hecho, incluía muchas puertas y pasajes estrechos, así como varios y variados obstáculos.
A pesar de esta complejidad, el 80% de los participantes lograron llegar al final del curso gracias a las indicaciones en la manga. Además, durante sucesivas pruebas realizadas con un intervalo de una semana, los usuarios lograron reducir el tiempo de viaje en aproximadamente un 53%. Sin embargo, esta cifra debe tomarse con pinzas; de hecho, las diferentes pruebas se basaron todas en la misma ruta, y no en una ruta aleatoria. Por lo tanto, puede haber una parte de la memorización que los investigadores han ignorado por completo.
Pero el interés práctico de este sistema parece sin embargo indiscutible. Obviamente sigue siendo perfectible, pero esta partitura es, no obstante, bastante impresionante; de hecho, los candidatos tenían una experiencia bastante limitada con este sistema que uno imagina bastante contraintuitivo a primera vista. Por lo tanto, los resultados podrían ser incluso significativamente mejores si la manga se usara de forma permanente.
Debajo de su aire de piezas de vestuario de Robocop compradas en un sitio chino dudoso, estas gafas son, por lo tanto, una prueba de concepto muy interesante. Este es el tipo de tecnología que puede ayudar a aliviar en lo posible la carga de esta discapacidad, permitiéndoles así recuperar una pequeña parte de su autonomía.
El texto del estudio está disponible aquí.