Ciencia

Huellas de 80.000 años encontradas bajo una duna

Francia tiene muchos sitios arqueológicos importantes. Entre ellos, Rozel sigue fascinando a los paleontólogos que cada año buscan y encuentran objetos de otra época.

Todo el mundo conoce la cueva de Lascaux, pero pocos han oído hablar de la playa de Rozel, un lugar tan importante desde el punto de vista científico. Descubierto por casualidad, como muchos sitios de excavación, en 1967, el sitio ha revelado desde entonces un verdadero tesoro arqueológico. Ya no podemos contar la cantidad de pedernal, huesos cortados y chimeneas que se encuentran bajo la duna de Rozel, que toma su nombre del pequeño pueblo homónimo ubicado no lejos, en el extremo occidental del Cotentin.

Desde 2012, los arqueólogos han estado excavando minuciosamente el sitio cada verano. Y por una buena razón, encontraron nada menos que 2200 huellas de pies y 35 de manos, conservadas durante milenios en la arena endurecida.

Para dar una idea de la inmensidad del descubrimiento, hasta ahora solo se habían encontrado otras nueve huellas de Neandertal, en tres sitios diferentes. Desde entonces, posiblemente se hayan descubierto alrededor de un centenar en el yacimiento de Matalascanas, en el sur de España. Pero es débil comparado con el nivel de descubrimiento en Rozel. El sitio, solo en las excavaciones de 2021, arrojó 200 nuevas huellas dactilares, que son tantas como en 2020, y el total ahora supera las 2.000.

Una mina de oro de información

Con 80.000 años de antigüedad, el sitio de Rozel es un tesoro arqueológico poco común. Descubierto por casualidad en 1967, debido a la erosión costera, el sitio ha sido excavado durante 3 meses al año desde 2012. Hoy amenazada por la erosión, está protegida por un dique debajo para limitar la llegada de agua. Hace unos años una importante marea había asolado el lugar, llevándose consigo una gran parte del tesoro paleolítico de la duna.

Gracias a este sitio, que está lleno de rastros de vida, los investigadores ahora pueden describir cómo vivía una comunidad neandertal hace 80.000 años. Los cadáveres de caballos y otros animales, así como la presencia de hogares utilizados para secar la carne dan una idea del nivel de desarrollo de esta tribu que lleva años apostada allí. De hecho, las huellas se encontraron en varias capas sucesivas de roca, más o menos profundas, lo que muestra un asentamiento duradero del hombre en estas tierras. Si Rozel es hoy un pequeño pueblo de pescadores de apenas 250 habitantes, podría haberlo sido hace milenios, para ser un verdadero punto de encuentro de la población local.

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