Ciencia

Tomate genéticamente modificado vendido en Japón

Un tomate transgénico está disponible en Japón.

Semilla Sanatech. Este es el nombre de la start-up que desde el 17 de septiembre comercializa un tomate muy especial porque ha sido modificado genéticamente con CRISPR. Esta alteración de su código genético quintuplica la tasa de Gaba en el tomate normalmente nativo de la costa siciliana. Este ácido tendría muchos beneficios: reducción del estrés, mejora del estado de ánimo y disminución de la presión arterial, ¿un cambio bienvenido entonces?

Nada menos seguro. Las modificaciones genéticas de los alimentos no son nuevas, los OMG se han debatido durante años. Pero aquí, es la primera vez que se ha utilizado el método CRISPR para modificar el código genético de un alimento, en este caso un tomate.

Esta técnica de modificación es diferente a la de los OMG. De hecho, CRISPR viene «romper» el genoma objetivo para modificarlo, sin agregar ADN extraño, como lo hace el método OGM. El sistema CRISPR se utiliza entonces como una tijera molecular que introduce modificaciones locales, luego hablamos de edición genética, donde el método OGM sustituirá una hebra del código genético por otra ajena al producto.

No es posible la comercialización en Europa

Este matiz, aunque importante, no marca la diferencia a ojos de la Comisión Europea, que coloca a los productos OGM y CRISPR bajo la misma legislación. Este método de modificación genética ya existe desde hace unos veinte años y ha estado en el centro de numerosos estudios de investigación en los últimos años.

Utilizado en muchos productos alimenticios para darles una mejor ingesta de alimentos, este método, al igual que los OMG, está sujeto a debate. Entre los proyectos más prometedores, actualmente se está estudiando un besugo para que sea más musculoso que sus contrapartes no modificadas. El trigo que es más resistente a las enfermedades también se encuentra en la fase de pruebas de laboratorio. Podría comercializarse en los próximos años si las agencias de salud les dan luz verde.

Algunos científicos ven la modificación genética como una respuesta a los problemas del hambre en el mundo. Si bien cada año 20 millones de personas padecen hambre, los investigadores detrás de estos productos transgénicos esperan poder brindar una solución viable. A pesar del entusiasmo de algunos, en este momento surgen dos problemas importantes. Primero, el precio de estos productos. En vista de los esfuerzos científicos realizados para lograr producir estos alimentos, su precio se mantiene muy por encima de una fruta o verdura sin modificar.

Otro gran problema es el tema de la salud. El mundo científico aún carece de perspectiva sobre los efectos a largo plazo del consumo de productos modificados genéticamente. Es posible que sean cancerígenos, aunque ningún estudio ha confirmado formalmente esta teoría por el momento.

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