Un cohete SpaceX Falcon 9 impactará de frente en la Luna

Esta es la primera vez que un objeto de este tamaño choca contra la Luna por accidente.

En los últimos años, SpaceX ha tendido a normalizar lo extraordinario en el sector aeroespacial. Entre sus traslados regulares a la ISS, sus pruebas concluyentes sobre la recuperación de lanzadores y sus otros proyectos, cada uno más impresionante que el anterior, sería fácil olvidar que la firma tuvo un comienzo más laborioso. Un remanente de un cohete Falcon 9, perdido en el espacio durante años, se encargará de recordarles cuando estése estrellará en la Luna en unas pocas semanas.

Esta fecha fue determinada por Bill Gray, el ingeniero detrás del Proyecto Plutón. Este es un programa que tiene como objetivo rastrear todos los objetos que pasan cerca de la Tierra, ya sean naturales como los asteroides… o artificiales, como las piezas de un cohete.

En su comunicado visto por Gizmodo, Gray dice que el impacto con nuestro satélite ahora es “cierto”. Aún por determinar dónde y cuándo ocurrirá. Pero, de nuevo, Gray tiene su propia idea. Estima que el escenario Falcon 9 debería estrellarse cerca del ecuador lunar el 4 de marzo próximo.

Una reliquia de los primeros días de SpaceX

Esta máquina de 4 toneladas había quedado en órbita tras una prueba realizada en 2015. También es una reliquia de una importante misión en la historia de SpaceX. Para la firma de Elon Musk, fue el primer lanzamiento privado de un satélite de investigación estadounidense, en este caso el Observatorio Climático del Espacio Profundo. El primero de una larga lista que ha visto paulatinamente a SpaceX consolidarse como un socio privilegiado de la administración estadounidense.

Pero si la misión fue un éxito y el satélite ahora funciona perfectamente, no todo salió como estaba previsto para el cohete Falcon. A diferencia del LCROSS de la NASA, un auto chocador científico diseñado específicamente para estrellarse contra la Luna, esta nave estaba destinada a regresar a la Tierra. Pero finalmente se encontró atrapado en órbita tras la escasez de combustible.

Desde entonces, este caparazón vacío ha estado atrapado en una órbita caótica alrededor de la Tierra. Una trayectoria que en ningún caso podría mantenerse indefinidamente. De hecho, nuestro planeta no es el único cuerpo celeste que ejerce una influencia sobre los objetos en su órbita. También hay que tener en cuenta la influencia de la Luna, cuya masa también genera una fuerza gravitatoria.

La Luna, un elemento inquietante

Esta fuerza es obviamente mucho menos importante que la generada por la Tierra. Es en gran medida insuficiente para arrancarlo repentinamente de su órbita. Pero no es despreciable, y su efecto se deja sentir a largo plazo. Esto implica una consecuencia muy concreta: cualquier órbita situada entre la Tierra y la Luna es inestable por naturaleza.

Este es un factor bien conocido en la industria aeroespacial y que los ingenieros deben tener en cuenta constantemente. Sin intervención, cualquier objeto en tal trayectoria encontrará un triste destino. O terminará exiliado en una órbita heliocéntrica, o quemado en la atmósfera terrestre… o en mil pedazos en la superficie de la Luna. Es por ello que los diversos satélites de este tipo deben poder ajustar ligeramente su trayectoria.

De todos modos, todos los expertos parecen estar de acuerdo en que la situación no supone ningún riesgo, ni para los equipos ni para los humanos presentes a bordo de la ISS. ¡Esperemos que la futura nave de la misión Artemisa logre aterrizar con más delicadeza!