Ciencia

¿Y si la solución al calentamiento global estuviera en las nubes?

Un equipo de investigadores de la Universidad de Washington propone blanquear las nubes para luchar contra el calentamiento global.

El calentamiento global es el problema del siglo. Para afrontarlo, miles de investigadores de todo el mundo están intentando encontrar soluciones. El enfoque más conocido es eliminar el dióxido de carbono de la atmósfera, responsable del efecto invernadero, por lo que su desaparición sería una muy buena noticia para el planeta.

El otro enfoque es reducir el nivel de radiación que llega a la Tierra. Para representar este proyecto, la comparación se hace a menudo con una sombrilla que, por la sombra que proporciona, refresca a las personas de abajo.

Por tanto, la idea sería construir una sombrilla para toda la Tierra. En torno a este problema han trabajado los geoingenieros de la Universidad de Washington. Según Roger Angel, quien contribuyó al estudio: «Basta con reducir la radiación solar en un 1,8%» para contrarrestar los efectos del calentamiento global.

En lugar de instalar una sombrilla espacial gigante en el punto Lagrange 1 (ubicado precisamente entre los campos gravitacionales de la Tierra y el Sol), este investigador propone “blanquear” las nubes para que reflejen aún más radiación solar.

Nubes más blancas para una Tierra más fría

Por tanto, la idea sería dispersar los aerosoles del océano que tendrían el impacto, una vez que estas pequeñas partículas están presentes en las nubes, condensar el agua en gotitas, haciendo las nubes más brillantes y por lo tanto más reflectantes.

En última instancia, el principio es muy simple, para hacer que la Tierra sea menos vulnerable con nubes ligeramente más brillantes. En teoría, este último podría reflejar mejor la luz solar y ser menos caliente, lo que, a través de un efecto dominó, tendría la consecuencia final de enfriar la Tierra en unas pocas décimas de grado.

Para tener el menor impacto posible en el planeta, los aerosoles utilizados vendrían directamente del agua de mar, que naturalmente tiene todos los elementos necesarios para blanquear las nubes. Los científicos también aseguran que estas partículas encontrarán su camino de regreso a los océanos con las primeras lluvias.

Este proceso, válido hoy solo en papel a escala terrestre, ya ha podido, en cierto modo, ser probado en condiciones reales. De hecho, las emisiones blancas de los barcos pueden, en un área geográfica pequeña, enfriar el medio ambiente unos pocos grados.
Un primer ejemplo alentador para los ingenieros detrás de este proyecto que ahora esperan que en los próximos años se realicen pruebas reales para validar, o no, el funcionamiento de dicho proceso.

Este enfoque ahora se considera uno de los más creíbles para contrarrestar los efectos del calentamiento global. Si no da respuesta a todos los problemas (los gases de efecto invernadero siguen ahí con los riesgos que generan en nuestra salud), tiene el mérito de ser la hipótesis más factible con respecto al calentamiento global.

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