Ciencia

SLS: el controvertido megacohete de la NASA sale por primera vez

Después de diez años de retrasos, controversias y costos explosivos, el Sistema de Lanzamiento Espacial finalmente se acerca a la fatídica fecha de la misión Artemis 1.

Más vale tarde que nunca. Después de más de diez años de arduo desarrollo e innumerables retrasos, el Sistema de Lanzamiento Espacial finalmente ha salido de su guarida por primera vez. Un paso importante para este colosal cohete rematado con la cápsula Orión, que deberá llevar a cuatro astronautas a la Luna.

El jueves por la tarde, el público se había reunido en masa a los pies del Vehicle Assembly Building (VAB), el centro de reunión del legendario Centro Espacial Kennedy. Pudieron asistir a la suelta de este gigante desde 98m de altura, transportado mediante una plataforma montada sobre orugas. Lento pero seguro, llevó la estructura a la plataforma de lanzamiento en un viaje de alta tensión que duró aproximadamente 11 horas.

La recta final antes del vuelo inaugural

Durante los próximos días y semanas, la NASA conectará la máquina a todos los sistemas hidráulicos que permitirán mantenerla antes del despegue. Primero será necesario asegurar el funcionamiento de todos los sistemas e instrumentos, luego atacar el llenado de combustible.

En este momento, la agencia podrá atacar la última prueba de esta serie, a saber, el “ensayo de vestido mojado”. En esencia, es una secuencia de prueba y práctica para los equipos de tierra que se aproxima lo más posible a las condiciones del mundo real. En un principio, consiste en llenar los tanques con hidrógeno líquido y oxígeno, cuya combinación permitirá impulsar la máquina.

El principal objetivo es verificar que todos los sistemas, y en particular los motores, funcionan según lo previsto una vez que el cohete se carga con estos fluidos (de ahí el término mojado, que significa «mojado» en inglés). También probarán los sistemas de tierra y las interfaces entre los distintos elementos del cohete. Los ingenieros también aprovecharán esta oportunidad para ensayar varios escenarios complicados, como el procedimiento de parada de emergencia.

Una vez esto ensayo general mojado completado, el cohete estará casi listo para su vuelo inaugural. Luego tomará la ruta opuesta y se refugiará por última vez en el VAB. Los ingenieros podrán entonces probar todos los instrumentos y subsistemas por última vez antes de la gran partida.

El primer vuelo de prueba del SLS está programado para el próximo mes de mayo o junio, una vez que se completen estos preparativos finales. En ese momento, se lanzará hacia la órbita de la Luna para transportar allí la famosa cápsula de Orión, pero sin ningún astronauta a bordo.

De hecho, esta primera misión, sobriamente bautizada como Artemis 1, aún no tendrá como objetivo traer astronautas de regreso a la Luna. Inicialmente, el objetivo es colocar la cápsula en órbita alrededor de la Luna para probar todo el equipo en condiciones reales. Luego regresará a la Tierra antes de estrellarse en medio del océano… y este es un punto que levanta muchas cejas.

©Boeing

Un largo camino cruzado entre los retrasos y la polémica

Porque si bien este vuelo inaugural obviamente representa un paso importante que debe ser bienvenido, el programa no está libre de reproches e incertidumbres. Lejos de la. Porque el SLS y Orion son parte de un proyecto iniciado en 2010, mucho antes de que la administración estadounidense decidiera oficialmente regresar a la Luna. Y en ese momento, el panorama era notablemente diferente.

Porque SpaceX no ha arrojado una piedra, sino un enorme menhir al estanque aeroespacial. Desde su espectacular ascenso, la industria ha comenzado a emular su modelo basado en vehículos reutilizables; un enfoque que parece mucho más adecuado para los desafíos que aguardan a esta industria en este momento.

El problema es que los planes de la NASA para el SLS no han cambiado ni un ápice durante este tiempo. Este gigante sigue siendo un lanzador de un solo uso; un modelo que parece un poco anticuado, incluso completamente obsoleto en el contexto actual. Una observación dolorosa sabiendo que la NASA estima que aún tendrá que gastar más de 50 mil millones en el programa Artemis para 2025, incluidos más de 4 mil millones por lanzamiento de SLS…

Este tema, ya de por sí delicado, adquirió una importancia aún mayor cuando comenzaron a acumularse los retrasos y los sobrecostos, en parte debido a negligencia boeing (ver nuestro artículo). A pesar de este pozo financiero, la NASA siempre ha sido más optimista. Ella sigue defendiendo su programa con uñas y dientes. En particular, afirma que el precio por lanzamiento se reducirá significativamente después de las tres primeras misiones.

Tenga en cuenta también que la NASA no es del todo responsable de esta situación. El aeroespacial es un sector donde estos retrasos son tan frecuentes que casi forman parte de la rutina. Por otro lado, el presupuesto asignado por la administración a la NASA para llevar a cabo este programa no ha cambiado ni un ápice.

De todos modos, el dúo SLS-Orion aún debería permitir el regreso a la Luna como estaba previsto. Primero pasará por la misión Artemis 1 mencionada anteriormente, luego por Artemis 2, que esta vez enviará a los astronautas a la órbita alrededor de la Luna. El alunizaje está programado para Artemis 3, probablemente no antes de 2026. Pero más allá de esta fecha límite, el futuro del SLS parece relativamente incierto.

El SLS, ¿un gigante nacido muerto?

Es cierto que el vehículo ha sido optimizado para este uso único, en particular con propulsores que son muy económicos de producir. Pero al final, la conclusión sigue siendo la misma; Tal como está, el enfoque va claramente en contra de la tendencia actual y el dúo SLS-Orion definitivamente no parece compatible con la industria aeroespacial del futuro.

Por lo tanto, si el público y los profesionales esperan el regreso a la Luna con una fiebre no disimulada, estas son todas las mismas consideraciones importantes que podrían pesar mucho en la organización de la NASA. Por lo tanto, será interesante ver qué enfoque favorecerá.

¿Retrocederá la agencia y desarrollará un nuevo sistema? Eso es suficiente poco probable dadas las sumas y el tiempo necesarios para poner en marcha un proyecto de este tipo; Los funcionarios de SLS lo saben muy bien. Además, sería una admisión bastante vergonzosa de debilidad.

¿Decidirá entonces abandonar por completo la idea de diseñar sus propios vehículos y subcontratar este aspecto a un tercero, como SpaceX? O, por el contrario, ¿seguirá en funcionamiento este lanzador, ya retrógrado incluso antes de su inauguración, hasta 2030, como sigue previsto en el programa actual? Muy inteligente quien pueda responder a esta pregunta; a falta de sacar nuestra bola de cristal, le damos una cita en 2026 para que lo averigüe con certeza.

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