Dado que la epidemia sigue siendo muy activa, no es probable que se abandone el uso de una máscara en el corto plazo. Airxôm, una empresa de Lyon, ha desarrollado una máscara que no solo protege contra virus y bacterias, sino también contra la contaminación.
Presentada durante el CES, la máscara desarrollada por Airxôm tiene algo para seducir. Su principio es destruir partículas de todos los tamaños mediante fotocatálisis, es decir, la emisión de rayos UV sobre un catalizador. ¡Los virus, las bacterias y los compuestos orgánicos volátiles no son resistentes!
La máscara definitiva
El filtro activo de la máscara en realidad neutraliza el 99,9% de los virus y bacterias. Luego viene un segundo filtro, fotocalítico, que destruye las partículas residuales sin almacenarlas. Una combinación que asegura la autodescontaminación de la mascarilla a la vez que reduce su obstrucción. Las pruebas realizadas por el laboratorio VirNext de Lyon han demostrado que la mascarilla destruye el 99,94 % de las partículas de SARS-CoV-2 (99,99 % del H1N1).
Los resultados son igual de altos para bacterias como estafilococo aureus y el Klebsiella pneumoniae, sin mencionar los compuestos orgánicos volátiles como el formaldehído (continúan las pruebas para otros COV). La máscara es resistente al agua y tiene dos correas ajustables, una de ellas magnética, lo que le permite adaptarse rápidamente a todo tipo de cuerpo.
Para que funcione, la máscara debe estar enchufada a una batería externa. Además es un producto mucho más pesado que otras mascarillas más clásicas (130 gramos). Airxôm está destinado a profesionales de la salud, pero también a usuarios del transporte público, deportistas y personas con patologías respiratorias.
La mascarilla estará disponible para pre-pedido a partir del 31 de enero, a un precio de 300 euros (está pensada para durar cuatro años). Airxôm entregará a sus primeros clientes en abril, primero en Estados Unidos, Japón y Corea.
