Ciencia

¿Por qué la NASA está tan interesada en los rayos?

Los rayos no solo son impresionantes, también son muy importantes para la dinámica del clima, por lo que la NASA ha equipado la ISS para rastrearlos.

Los rayos son un fenómeno que ha fascinado a los humanos desde el principio de los tiempos. Se encuentra en todas partes en diferentes mitologías, donde a menudo se compara con una manifestación de la ira de los dioses. Pero la ciencia ha recorrido un largo camino desde que los griegos erigieron los primeros templos a Zeus, y hoy en día los rayos son principalmente la especialidad de los meteorólogos. Para su imagen del día 11 de enero, la NASA también ha elegido un mapa de relámpagos en la Tierra que corona más de treinta años de investigación sobre relámpagos realizada desde la ISS.

De hecho, desde 1990, la NASA ha tenido dos satélites equipados con instrumentos llamados Lightning Image Sensor (LIS) y Optical Transient Detector. Conceptualmente, su objetivo es exactamente el mismo: mapear todos los rayos que pasan por su campo de visión con una precisión temible. Un arsenal que ya les ha permitido tener una idea bastante precisa de la distribución de estos fenómenos en la Tierra.

©NASA

La ISS al rescate

Pero desde 2017, los astrónomos de la agencia tienen un nuevo juguete: un segundo LIS de nueva generación, esta vez montado a bordo de la Estación Espacial Internacional. Es mucho más preciso que su antecesor, y los datos que ofreció a la NASA permitieron incluso aclarar retroactivamente ciertos datos ambiguos.

Esto les permitió mapear los rayos en todo el mundo desde 1990, desde el Lejano Norte de Canadá hasta las profundidades de la Patagonia. Este es un avance considerable sobre las técnicas anteriores. De hecho, los instrumentos anteriores eran muy eficientes entre los trópicos y el ecuador, pero se volvieron demasiado inexactos para producir resultados utilizables cerca de los polos.

Otro gran avance: el LIS de la ISS es capaz de fotografiar el retrato con cualquier flash, incluidos los que nunca llegan al suelo. Pueden ser destellos horizontales o golpear completamente dentro de una nube, lo que tradicionalmente los hace más difíciles de detectar.

El rayo, una “variable climática esencial”

Esta nueva capacidad para analizar estos fenómenos desde el espacio también ha permitido a los meteorólogos centrarse en fenómenos particularmente impresionantes, llamados megadestellos. Estos son enormes rayos que pueden rasgar el cielo durante cientos de kilómetros y durante más de diez segundos, en comparación con unos pocos microsegundos para un rayo estándar. Pero al contrario de lo que se pueda pensar, son difíciles de estudiar sin un instrumento especializado como el LIS de última generación. Este último, por lo tanto, permite no perderse ninguno de estos raros fenómenos, para intentar comprender qué causa estas descargas naturales.

En la actualidad, los investigadores todavía están recopilando y filtrando esta inmensa cantidad de datos. Por otro lado, tienen la esperanza de que este trabajo algún día permita comprender el misterioso vínculo entre el cambio climático y los truenos. Si bien esto no es necesariamente una prioridad en nuestra lucha por salvaguardar nuestro entorno de vida, sigue siendo un factor importante que debe tenerse en cuenta.

De hecho, la intensa descarga de energía que se produce durante un destello puede hacer añicos los átomos de nitrógeno de la atmósfera. Gracias al oxígeno circundante, pueden formar dióxido de nitrógeno, un contaminante del aire problemático. Pero también juega un papel en el ciclo del nitrógeno esencial para la biodiversidad. También participa en la producción de ozono que nos protege de las devastadoras radiaciones del sol. Hallazgos que llevaron a la Agencia Meteorológica Mundial a añadir los rayos a su lista de “variables climáticas esenciales”, y que, por lo tanto, serán aún más importantes de monitorear en el futuro.

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