Ciencia

Nunca verás la cola de un cometa verde: aquí está el por qué

Los cometas nunca tienen colas verdes y los científicos no están seguros de por qué.

Hay miles de cometas, pero ninguno tiene cola verde. Es extraño, pero esta curiosidad de la naturaleza nunca ha encontrado una respuesta científica. De todos modos, el color verde no está muy presente en el espacio. Es posible en condiciones muy particulares ver un rayo de sol verde, pero este último nunca dura más de un instante.

Cuando se trata de cometas, tienden a ponerse verdes a medida que se acercan al Sol. Pero ese color verde nunca llega al final de su cola. Un fenómeno intrigante para los científicos que han tratado de comprender cómo funcionan estos bloques de hielo de los confines del sistema solar.

Una teoría de casi un siglo

Ya en la década de 1930, los físicos ya se habían planteado la pregunta y Gerhard Herzberg parecía ser el más cercano a la respuesta teórica correcta. Si bien el científico canadiense-alemán recibió el Premio Nobel de Química en 1971, muchos años después los científicos pudieron darle crédito por otro descubrimiento.

Efectivamente, y como había sugerido, los cometas no tienen cola verde, porque el color se destruye antes de llegar al final de la cola. De hecho, el carbono diatómico (C2) que es la reacción entre la luz solar y la materia orgánica ubicada en la cabeza del cometa se destruye una vez que se aleja de la cabeza de este último.

Una prueba de laboratorio como confirmación

Hasta ahora, este gas era tan inestable que los investigadores nunca habían podido verificar esta teoría. Pero hace unos días, un equipo de investigadores australianos, que trabajaba para la Universidad de Nueva Gales del Sur, acababa de encontrar una forma de probar este gas en un laboratorio.

Por lo tanto, los científicos pudieron demostrar que C2 no era un gran amigo de la radiación ultravioleta (UV). Estos últimos, que provienen directamente del Sol, tienden a romper los enlaces entre los átomos de carbono que forman las moléculas de C2. Sin entrar en los detalles del descubrimiento, los investigadores hablan de la fotodisociación, que destruye el carbono diatómico antes de que tenga tiempo de llegar a la cola de los cometas.

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